Esa forma de relatar, en la que se describía todo de forma casi obsesiva, dejaba en mi mente las sensaciones más claras, como si pudiese sentir cosas, como la humedad en la superficie de los ladrillos de alguna cripta, el silencio incomodo frente a personas extrañas con rostros de plástico…
Lovecraft, estuvo presente en mi vida desde chico, gracias a mi hermano.
Comencé con el ciclo de aventuras oníricas de Randolph Carter y luego muchos cuentos sueltos, entre los cuales estaba Dagon.
Entonces, me obsesioné con monstruos gigantes que venían de mundos extraños y abismales. Se volvió uno de los temas principales en mis dibujos y en muchas de mis historias fantásticas.
Esa forma de relatar, en la que se describía todo de forma casi obsesiva, dejaba en mi mente las sensaciones más claras, como si pudiese sentir cosas como la humedad en la superficie de los ladrillos de alguna cripta, el silencio incomodo frente a personas extrañas con rostros de plástico o bien, esa sensación de infinita pequeñez, al encontrar ruinas de seres extraños y antiguos.
Esa épica, es la que me enamoró de los escritos de Lovecraft, junto con el inmenso aporte de complementar, a la gran ecuación de la literatura de terror, el terror cósmico. Un nuevo nivel, del humano miedo a lo desconocido.
Puedes encontrar su trabajo en instagram en @herdibujo
C.I.A.N